Por: Valeria Esteban, Comunicadora Social- Periodista
Con nuestros niños no, es el clamor de miles de colombianos, al escuchar a Concepción Baracaldo, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF, quien denunció que, en diferentes hoteles de Cali, Medellín y Barranquilla, extranjeros estarían pagando por tener sexo con menores de edad, y entre más pequeño es el niño, más se paga.
¿Es en serio? ¿Cómo es posible que escuchemos atrocidades como éstas, donde se venden servicios sexuales con nuestros niños y en lo que va corrido del año se han denunciado 235 casos, y los que no se denuncian? ¿Y los que se quedan callados por temor a que no les crean o que los adultos tomen represalias?
A qué horas nos volvimos insensibles y aceptamos tanta basura y vulnerabilidad que involucra a los niños, por no hablar del trabajo forzado cuando deberían estar en la escuela aprendiendo, la violencia intrafamiliar, donde son maltratados física y psicológicamente dejando huellas imborrables, del secuestro de menores a manos de grupos armados, y para rematar el reclutamiento de niños, donde se les lava el cerebro, se les enseña todo tipo de accionar violento tal como lo contó sin tapujos el exguerrillero “Martín Sombra” , además del odio y el resentimiento ante la sociedad, con el que los menores crecen en estos lugares.
Es inconcebible en cualquier momento de la vida que se nos vuelva paisaje todo lo que sucede con los infantes, pero ahora que se acerca la navidad, que es una época para abrir los corazones y donde los niños son los protagonistas reales, vale la pena que estemos más pendientes de ellos, que la comunicación y el amor sea la estrategia verdadera en el núcleo familiar, que la confianza vaya en doble vía entre los menores y los adultos, para evitar todo tipo de violencia y que seamos conscientes que son ellos quienes tendrán que tomar el mundo en sus manos, ¿pero con qué valores, experiencias y recuerdos lo tendrán que liderar?
El compromiso es de todos, y en la familia comienza el primer paso, luego los entes gubernamentales que tienen a cargo vigilar los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes y obviamente y no menos importante, los medios de comunicación, quienes tienen la responsabilidad de unir esfuerzos y participar en campañas en pro del bienestar de los infantes, para sensibilizar a una sociedad que asquerosamente se acostumbró a las malas noticias que los involucran, como las cifras de homicidios de menores, que este año ya se lleva por delante más de 426 muertes, según Medicina Legal.
Por favor, abramos los ojos, y digamos una y mil veces más “con nuestros niños no”, ellos son el futuro del mundo, merecen oportunidades de vida, de alegría, de vivir sin miedos y soñar en grande, de salir adelante y cambiar la historia negra que ahora tristemente los rodea.
