Por: María Fernanda Barrientos, Comunicadora Social.
La era digital trajo consigo una transformación en las comunicaciones. La web dio paso a una nueva manera de estar informados con la llegada de los periódicos digitales, los blogs, las aplicaciones de mensajería instantánea y, por supuesto, las redes sociales.
Es así, como en lugar de esperar el periódico cada mañana en la puerta de nuestra casa o ver los noticiero para conocer los principales acontecimientos, recurrimos a nuestro celular, el cual se convirtió en un dispositivo imprescindible dentro y fuera de la casa, y accedemos a la información de forma inmediata, ya sea por Twitter, Facebook, WhatsApp o las aplicaciones de los diarios más reconocidos en el país.
Según el último estudio revelado por “Digital News Report 2017”, el consumo de contenido noticioso en redes sociales como Twitter y Facebook Messenger, crece exponencialmente a pesar de que la confianza en la calidad de la información es baja, debido a las conocidas “Fake News”. Solo un 24 por ciento de los encuestados consideran que las redes sociales hacen un buen trabajo al diferenciar los verdaderos hechos de la ficción, lo que desencadena un sentimiento en los usuarios de falta de regulación por parte de estas compañías, que alienta la baja calidad y las noticias falsas, en mayor proporción.
Sin embargo, es importante resaltar que parte de esa desconfianza también se debe a la polarización política, profundamente arraigada, y al sesgo de los medios de comunicación.
Este fenómeno obedece, principalmente, a que las aplicaciones de mensajería instantánea les proporcionan a los usuarios un espacio más privado y no filtran el contenido de forma algorítmica, en especial WhatsApp. En esta app “hay mucho más control sobre el sistema de privacidad. Hay otros espacios que van ganando notoriedad como los chats de familia o trabajo. Twitter tiene más exposición, te pueden trolear o hasta puedes perder tu empleo por un comentario”, señala el estratega en redes sociales Andrés Felipe Sánchez.
Por ello, la aplicación está tomando cada vez más fuerza en relación al consumo de noticias. Actualmente, la app ocupa la tercera posición dentro de las principales fuentes de consumo de información del mundo, pues quien recibe la información lo hace de manera privada, mientras que en redes sociales como Facebook y Twitter llega a un público más general.
Países como Malasia (51%), Brasil (47%), Chile (39%) y España (32%) lideran la preferencia de información mediante este medio.
No obstante, debemos preguntarnos si el oficio del periodismo, más allá de los medios donde se reproduzca la información, cumple con su finalidad.
Casi un tercio de la muestra (29%) asegura que a menudo prefiere evitar las noticias, pues en la mayoría de los países hay una latente conexión entre la desconfianza en los medios de comunicación y los intereses políticos. Adicionalmente, sienten que tienen un efecto negativo sobre el estado de ánimo.
El reto que enfrentamos como profesionales de la comunicación está en recuperar y aumentar el nivel de confianza que tienen los medios tradicionales y al mismo tiempo potencializar las virtudes del internet para estar informados. El equilibrio entre estas dos formas de conocer las noticias es la clave para ser más rigurosos en la calidad y el contenido.


