Por: Carolina Mejía, Comunicadora Social y Periodista
Con motivo de la celebración del mes del amor y la amistad y al ver como mis contactos publicaban sus celebraciones en el timeline de Facebook, quise hacer una reflexión acerca de la influencia que las redes sociales tienen en las relaciones de pareja y de amistad hoy en día. Además el poder para unir y separar a las personas.
En las conversaciones que tengo con mis amigas, siempre sale a relucir el tema del novio, esposo o amigo especial que nos dejó en visto en WhatsApp, le dio like a la foto de la fulana que no conocemos o las 30 nuevas amigas que aparecen en su Facebook o Instagram. Lo anterior no es nada si el personaje llegó hasta el punto de bloquearnos para que no podamos tener acceso a sus redes sociales, coartando nuestra capacidad de espías profesionales.
Internet, y específicamente las redes sociales, nos han regalado la maravillosa posibilidad de reanudar contacto con personas que a lo largo de nuestras vidas han sido importantes; familiares y amigos perdidos de los que, en otras épocas, no hubiésemos vuelto a saber nada de no ser por estos medios digitales.
Sin embargo, este tipo de relacionamiento virtual ha cambiado hasta la manera de llevar los vínculos sentimentales. El estar conectados cien por ciento mantiene a las parejas en jaque con preguntas como ¿por qué no me contestaste? ¿Me dejaste en visto? ¿Con quién hablas tanto que te veo en línea? ¿Con quién apareces en esa foto? ¿Qué hacías conectado a la madrugada? ¿Por qué tienes tantos likes de esa persona en tu Face?...
Estas preguntas y muchas más pueden ser detonantes de desconfianza, inseguridad y cibercelos a causa de la interacción que manejamos con nuestros contactos en las redes sociales. Expertos han afirmado que el medio en sí mismo no potencia los celos, pero abre posibilidades y la mente de las parejas para pensar más allá de la realidad.
Varios estudios realizados desde años atrás, como el del diario CyberPsychology, han hallado que millones de parejas rompen cada año en todo el mundo debido a comportamientos en Facebook o WhatsApp.
Por su lado, un informe publicado hace algún tiempo por la Academia Americana de Abogados Matrimoniales afirmaba que “un tercio de todos los matrimonios terminan a causa de Facebook”. Según el documento “algunos maridos o esposas incluso declaraban su intención de romper a través de Facebook, correo electrónico o Instagram. Sin embargo, un gran número de los papeles del divorcio usan mensajes de Facebook o publicaciones en el muro para hacer un caso de divorcio señalando comportamiento deshonesto del cónyuge o mala crianza de los hijos”.
El estudio también aseguraba que “el uso generalizado de los medios electrónicos de hoy en día hace que sea casi seguro que Facebook e Instagram podrían ser utilizados por los abogados para construir una web legal para atrapar a un cónyuge infiel”.
Es así como las redes sociales, además de brindar información inmediata sobre el acontecer del mundo y de las vidas de nuestros amigos y conocidos, han traído la posibilidad de usarlas como medio de espionaje en todo el sentido de la palabra. Al hablar puntualmente de relaciones sentimentales, si bien no siempre son el motivo de las infidelidades, si son el medio para descubrirlas y yo soy un testimonio andante de este fenómeno.
Las redes sociales han transformado de tal manera los vínculos afectivos que hoy en día, para terminar una relación, no tienes la necesidad de hablar cara a cara con el doliente: lo bloqueas o eliminas de tus contactos para que todo le quede claro. ¿Correcto? A mi parecer es lo más triste y la muestra más fehaciente de la degradación de las relaciones humanas en esta era digital.
