Por: Juan Pablo Pérez, Comunicador Social – Periodista
Dicen que una mentira repetida varias veces, se convierte en verdad, y sí, definitivamente eso sucede con algunas noticias falsas en las redes sociales. El referendo, Baloto, el accidente del club brasilero Chapecoence, las últimas elecciones en Estados Unidos y la reciente muerte de la niña de origen indígena, Yuliana Samboní han estado filtradas por noticias falsas.
En primera instancia, se puede atribuir este fenómeno a la inmediatez e impacto de las redes sociales, especialmente de Facebook, Twitter y Whatsapp; las cuales están diseñadas para compartir, reaccionar o comentar información en prácticamente 2 clics. En ese orden de ideas, el usuario reproduce contenidos más por el impacto a sus emociones, en vez de la veracidad de estos.
Sin embargo, Facebook juega un rol fundamental en dicha problemática, porque en esta red se cae en más mentiras que en otras, debido a que personas ´conocidas´ son quienes comparten información.
Es importante indicar que la información falsa se genera con dos fines principales: propaganda política y aumento de alcance (likes, compartir, comentarios). Por lo tanto, ¿las redes sociales deben mitigar este tipo de contenidos para no continuar desinformando al internauta?
Ante esta pregunta Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, respondió a CNN en Español: “Hemos estado trabajando en este problema por largo tiempo. Hemos hecho progresos significativos, pero aún hay mucho trabajo por hacer”.
De hecho, para dimensionar la acogida de las noticias falsas, Buzzfeed News, empresa dedicada al seguimiento de contenido viral, reveló que, desde agosto hasta noviembre, las 20 historias falsas más relevantes de las elecciones de los Estados Unidos generaron 8,7 millones de interacciones en Facebook (dentro de los cuales se suman likes, comentarios y compartidos), mientras que las noticias legítimas alcanzaron 7,3 millones de interacciones en ese lapso.
Esta sorprendente cifra deja mucho qué desear teniendo en cuenta que de las personas que utilizan las redes sociales en Estados Unidos, en un 60% son mayores de edad. Cabe aclarar que el problema no es de la noticia falsa en sí, sino de quienes la asumen como cierta.
“La educación debe desarrollar una habilidad importante: la sed de información profunda y sólida. Cuando se aprende de indagar no el qué sino el porqué, la mera información descriptiva ya no basta, ya no sacia la sed de explicación” dijo Carlos Patarroyo, decano de la Escuela de Ciencias Humanas de la Universidad del Rosario al diario el Tiempo. Algo muy similar a lo que declaró recientemente desde Alemania, el presidente Obama: "Si no somos serios acerca de los hechos, sobre qué es verdadero y qué no, si no podemos discriminar entre argumentos reales y la propaganda, estamos en problemas".
Es así, como cada uno de nosotros juega un rol fundamental con la responsabilidad de la información que compartimos. Por tal motivo, es mejor que dudemos de toda la información que le llega a tan solo un clic de fuentes no confiables, así estas sean compartidas por ´conocidos´ y aprendamos a reproducir noticias veraces.
