Por: Sandra Mora, Periodista
Hace unos días, los medios de comunicación registraron una noticia, en la que nuevamente se atentaba contra la integridad de la mujer, una víctima de 44 años en el municipio de Buga en el Valle del Cauca. Infortunadamente, actos reprochables como este han quedado impunes o en el limbo, desconociendo algún tipo de condena ejemplar que deje un precedente.
Esta clase de denuncias logran tener más eco gracias a la viralidad con la que se expanden tanto en la prensa, como en la radio, en la tv y hasta en las redes sociales, plataforma en la que el despliegue de la noticia y los comentarios a esta clase de hechos es impresionante. Precisamente han servido para que, a través del voz a voz, la justicia por fin se pronuncie y el delito pase a otras instancias que podrían ayudar a resolverlo y a que el agresor pague como debe ser.
En pleno siglo XXI, aquí en Colombia -país del sagrado corazón increíblemente todavía reina el machismo, y por eso mismo, muchos de los delitos cometidos pasan a ser “culpa” de la misma persona agredida, como en el caso de Rosa Elvira Cely. Según cifras de Medicina Legal, en Colombia, una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja cada seis días, es víctima de alguna clase de violencia cada 15 segundos y de violencia sexual cada seis horas. En el 71% de los casos registrados de agresión, la mujer conoció a su atacante versus un 48% en el caso de los hombres (fuente: EL ESPECTADOR).
Los medios juegan un papel muy importante, como el de informar, denunciar y, por supuesto, evitar adoptar una posición al respecto (por aquello de la imparcialidad). Gracias a ellos, los casos, que no han obtenido la suficiente atención, logran ser tenidos en cuenta por la viralidad con la que se replican, como en la misma radio y televisión. Es de suma importancia volverse la voz de aquel que siente que no va a ser escuchado.
Son trascendentales, aquellas marchas y reuniones masivas que se llevan a cabo constantemente en la Plaza de Bolívar, o en las avenidas principales de las ciudades capitales, como la que se realizó este fin de semana en Bogotá, en la que la actriz Alejandra Borrero, acompañada por la hermana de Rosa Elvira Cely –quien también pidió que casos como el de su hermana no se repitan-, convocó a todos los colombianos a unirse a la causa bajo el lema: “Ni con el pétalo de una rosa”.
Todos somos comunicadores, de una u otra forma, y por la misma razón el silencio no es la mejor solución. En este momento existen muchos recursos para denunciar y los medios pueden ser una buena palanca para que muchos delitos, y más de los que se tratan del maltrato hacia la mujer, no queden impunes.
