Por: Hermann Saenz – Periodista
Muy sorpresiva fue la muerte de Fernando Gaitán, uno de los más importantes guionistas del país que conoció muy bien el mundo de la televisión, pero fueron dos novelas las que marcaron su vida como libretista: Café y Yo soy Betty la fea, sus otras producciones (Guajira o Carolina Barrantes) no alcanzaron el renombre y el éxito desmesurado de las dos primeras.
Si hubiera que escoger cuál de sus dos grandes creaciones fue la mejor, yo como simple espectador y respetando a los críticos, me quedo con Café, con aroma de mujer. Sin duda, Betty tuvo mayor fama internacional que la Gaviota, su repercusión en otros países fue arrolladora y eso lo prueba su Guinness Records en 2010 cuando fue considerada como la telenovela más exitosa de la historia.
La trascendencia de esta novela, solo confirmó el gran talento de Gaitán como un estupendo narrador, un gran escritor para televisión, que ya lo había demostrado años atrás con Café, con aroma de mujer, debido a que rompió varios esquemas que existían hasta el momento y que parecían ingredientes infaltables en todas las telenovelas no solo de Colombia, sino en Latinoamérica.
La mujer que sale del campo, como recolectora del grano y logra crecer en todos los sentidos gracias a su pulso e inteligencia, es lo que nos muestra la fabulosa interpretación de Margarita Rosa de Francisco. Esto reafirmó el gran rol de la mujer y su importancia en la sociedad. La novela combina el ambiente urbano y rural, en ambos escenarios se desarrolla la trama y se denotan las diferencias y las costumbres de uno y otro lugar sin exageraciones y respetando la esencia y la cultura, en el caso de lo rural, del ambiente cafetero.
Si de comunicar se trata, Gaitán lo hizo muy bien. Les enseñó a muchos colombianos cómo funciona el negocio del café, desde su recolección hasta su proceso de exportación a otros países. Cómo le afectaba al caficultor el hecho que bajará el precio del grano en Nueva York, que había diferentes tipos de café, y hasta cómo debía tomarse esta bebida, todo esto gracias al personaje del Dr. Salinas.
Tuvo tanto impacto esta producción de RCN, que los medios de comunicación lo trataron como tema del día, como fue el caso del programa de las mañanas de Julio Sánchez Cristo, la pregunta era: Gaviota debe quedarse con el Dr. Salinas (Juan Ángel) o debe volver con Sebastián Vallejo (Guy Ecker).
No conozco antecedentes en otra parte del mundo, pero la acogida de esta novela fue tan grande que debió retransmitirse a la misma hora por radio, así lo hizo la filial radial del canal.
Y obviamente su éxito y efectiva comunicación en otros países del mundo, le abrió las puertas a otras producciones nacionales y Colombia paso a ser exportador de novelas.
Café, con aroma de mujer se transmitió en Colombia en 1994, por el llamado canal A, producido por la entonces programadora RCN, pero en esa época mi familia y yo vimos Las aguas mansas (RTI), que iba por el canal 1, a la misma hora. Una novela también de gran calidad escrita por Julio Jiménez, otra leyenda de la televisión, así fuimos de los pocos colombianos que no caímos en el hechizo de la obra de Gaitán, de la cual todo el mundo hablaba.
Café la vi mucho después en una de las tantas repeticiones que ha hecho el canal RCN y comprendí porque el gran éxito que tuvo entonces la novela de Gaviota. Ahora con la muerte de su creador con seguridad el canal volverá a repetirla (ya anunció su retransmisión el canal regional de Teleantioquia) y ahí estaré pendiente para volverme a tomar un sorbo de este Café.
Betty, el cual el canal RCN ya anunció su repetición para el horario de las 10 p.m., tuvo la gran novedad, sin duda magistral, de que la protagonista era una fea y eso rompió con cualquier esquema.
No le quito méritos a Betty, también me entretuve mucho, además tuvo más situaciones de humor, pero viéndola con cuidado, Gaitán uso mucho de los elementos de Café, que en su momento fueron novedosos, por eso prefiero a Gaviota y no a la fea.
