LIBERTAD DE PRENSA / PERIODISMO VULNERADO

LIBERTAD DE PRENSA / PERIODISMO VULNERADO

Por: Valeria Esteban, Comunicadora Social – Periodista

Para nadie es un secreto que, gracias al periodismo y la libertad de prensa como derecho fundamental, según consta en el artículo 20 de la Constitución Política de Colombia, se ha podido evidenciar lo que se hace bien o mal, se gestiona o se decide desde un gobierno, dándole herramientas a los ciudadanos, para que, desde su conocimiento, criterio y discernimiento, pueda ver la realidad de los hechos y optar por tomar su propia posición.

Pero tal parece que en Colombia se quiere hacer lo mismo que en otros países, donde la democracia se pone en duda y los presidentes con tintes de dictadura acallan a los medios por no estar de acuerdo con sus decisiones políticas, denunciar las malas prácticas o hacer oposición, porque ponen en tela de juicio sus acciones que obviamente no son lo que prometían ser y terminan decepcionando incluso a sus seguidores que para el caso concreto se llaman “petristas arrepentidos”.

En Colombia, la revista Semana, en cabeza de su directora Vicky Dávila, quien con muchas agallas se ha tomado la vocería, contrario a muchos medios a quienes le tiemblan las piernas para investigar más allá de lo que a simple vista se ve, y denunciar un gobierno al que definitivamente no le ha ido bien, la tienen amenazada desde diferentes frentes, haciéndole sentir amedrentada tanto por el presidente de turno, como por sus fichas políticas como es el caso de la senadora petrista Isabel Zuleta, quien pidió a la Fiscalía allanar al medio de comunicación, además de las “bodegas contratadas en redes sociales”, quienes no soportan que les “saquen los trapitos al sol” o simplemente porque la orden es perseguir a todo aquel que hable más de la cuenta, haciendo que se muestre un periodismo vulnerado por intereses de unos cuantos.

Y mientras a algunos periodistas los amenazan directamente para que se queden callados, o sin sus empleos; en consecuencia a otros tantos se los llevan de paseo permanente de un país al otro en el avión presidencial, como anestesiados o contratados, contando las “maravillas” que hace un mandatario, donde aterriza, las bondades de sus pares en los países que los reciben y por supuesto no puede poner en tela de juicio nada de lo que el jefe dice, así a veces parezca ser incoherente total, como ha sucedido en diferentes escenarios internacionales, esto, sin contar con los intereses de pauta del medio de comunicación que puede generar el gobierno de turno y sus campañas publicitarias.

Todo parece indicar que el cuarto poder, como popularmente se le conoce a la prensa, está en riego de seguir siéndolo, porque algunos de quienes se montan a los gobiernos, no toleran que se les destapen sus más grandes secretos y son amenazados con desaparecer, como sucedió con el régimen chavista en Venezuela donde fueron cerrados más de la mitad de los medios de comunicación, por presión y amenazas, por la cancelación de sus licencias de transmisión, por multas impagables y a quienes se les nombró fascistas por estar en desacuerdo total con su gobierno.

Afortunadamente para nuestro periodismo sano, todo parece indicar que en Colombia tenemos un buen ente de control, la Fiscalía General de La Nación, en cabeza del Dr. Barbosa acaba de emitir la Directiva 003, “para que los medios puedan apoyarse, evitar la censura, y proteger la libertad de prensa, en medio de investigaciones del proceso penal en el cual la policía judicial y los fiscales, deben tener especial consideración con el secreto profesional de los periodistas a las fuentes de noticias y que la ciudadanía pueda acceder a la información de interés público”.

Mientras tanto, en el país del Sagrado Corazón, el presidente Petro, que ha tenido grandes derrotas queriendo imponer todo su plan de gobierno en tiempo record y presidiendo con un equipo que en su gran mayoría parece no ser idóneo, sigue culpando a los “dueños del capital” y como cosa rara a los medios de comunicación de todos sus fracasos, recibe críticas de sus exministros, como el caso de Cecilia López, quien afirmó en entrevista a Caracol Radio que “las peleas entre el sector privado y el Gobierno le están haciendo daño al país”…

¿Será que la baja popularidad del presidente también se le debe a los medios de comunicación o a sus pasos en falsos uno y otra vez? ¿Será que para que le podamos creer al presidente y sus políticas tengan efecto real, hace falta que pase por el polígrafo y aclare varias dudas que aún tenemos de sus movimientos y silencios?

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