LA CRUDA CIZAÑA SE QUEDÓ PEQUEÑA EN REDES SOCIALES

LA CRUDA CIZAÑA SE QUEDÓ PEQUEÑA EN REDES SOCIALES

Por: Rodrigo Beltrán, presidente Bells Medios

Para los miles y miles de amantes de las redes sociales en Colombia (en Facebook 15 millones de perfiles activos, en Twitter 6 millones de usuarios) y especialmente para aquellos, la gran mayoría, que ven cómo éstas se les ha convertido en la válvula de escape perfecta para desahogar rencores, odios, injurias y hasta el español mal hablado, y lograr así quitarse una gran carga de represión y frustraciones personales, hay una gran reflexión que piden a gritos expertos del mundo de la comunicación y cientos de afectados en nuestro país.

Digo que la cruda cizaña que se observa día a día en las redes sociales se quedó pequeña por estos canales, porque  hay una ola creciente y desbocada de mensajes al garete que no han encontrado límites ni fronteras; los colombianos hemos sido en esto innovadores y hasta “inteligentes” para victimizar sin control a propios y extraños. La mala noticia es que esto crece y se agudizará en las próximas semanas por la coyuntura, entre otras, que vive el país en época pre-electoral para elegir al presidente de la República.

Los grandes líderes desde Colombia y voceros de los partidos políticos están viendo como Trump, primer mandatario de la potencia más importante del mundo, ha sido el ejemplo de cómo utilizar una estrategia en la que a través de Twitter se genera polémicas, enfrentándose principalmente a los medios de comunicación y opositores, logrando distraer la realidad que vive Estados Unidos en la actualidad.

Este “morbo” (algunos críticos consideran que es propio de sicarios morales) de muchos colombianos en redes sociales, curiosamente se ha constituido en una nube de distracción y favorece las crisis generadas por políticas de estado y del gobierno en curso, que son los que deben responder por las irregularidades e injusticias que se cometen a diario y que son producto de una nación, como la nuestra, sub-desarrollada y maltratada. El cibernauta común y corriente se desahoga de esta manera, convirtiendo esta enfermedad espiritual en una peligrosa bomba de tiempo de la cual no conocemos aún sus graves consecuencias en nuestra sociedad, que salta al vacío y definitivamente en decadencia.

Como dice el Chapulín Colorado, ¿ahora quién podrá salvarnos? Solo el tiempo lo dirá, porque la sanción, la norma y la justicia tampoco está operando en redes sociales, y ni qué hablar de la ética, un valor intrínseco en el ser humano, que como buenos colombianos y como dice el popular refrán… ¡la pasamos de agache! Esto es algo que nunca imaginaron y mucho menos se previó encontrar mecanismos para blindarlos por parte de los jóvenes genios famosos, ahora millonarios, creadores de las redes sociales, quienes solo se preocuparon por entregar las herramientas y chao… ¡sálvese quien pueda!

No hay comentarios

Agregar comentario