Por: Juan Pablo Pérez, Comunicador Social y Periodista
En la era digital, en la que la información fluye a velocidades vertiginosas y los medios de comunicación “batallan” por hacerle frente o adaptarse a éste, ha surgido una nueva amenaza que pone en riesgo la confianza y la seguridad en las redes sociales: los deepfakes de voz.
Estos videos o audios manipulados, creados con inteligencia artificial, son capaces de clonar la voz de personas famosas con una precisión escalofriante, con el objetivo de engañar a los usuarios y robar sus datos personales o financieros. Sí, suena aterrador.
Los ciberdelincuentes utilizan diversas estrategias para perpetrar sus estafas: suplantan la identidad de celebridades para promocionar productos o servicios falsos, ofrecen premios irresistibles o retornos de inversión elevados para atraer a sus víctimas, las redirigen a páginas web fraudulentas para robar sus datos y, en algunos casos, incluso utilizan técnicas de ingeniería social para manipular psicológicamente a las personas.
El impacto de los deepfakes de voz puede ser devastador. No solo pueden dañar la reputación de las personas y organizaciones, sino que también pueden influir en procesos electorales y generar desconfianza en la información digital. Un ejemplo de esto fue lo ocurrido en las primarias presidenciales de Nuevo Hampshire en 2020, cuando ciudadanos recibieron llamadas telefónicas supuestamente del presidente Biden en las que les pedía guardar el voto para las elecciones de noviembre.
Para protegerse de esta nueva amenaza, es crucial que los usuarios sean conscientes de su existencia y tomen medidas preventivas: estar informados sobre cómo funcionan los deepfakes, verificar la autenticidad de cualquier video o audio antes de compartirlo, desconfiar de ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad, evitar enlaces sospechosos, proteger la información personal y denunciar contenido fraudulento a las plataformas sociales y a las autoridades competentes.
“El habla sintética deja rastros que muchos algoritmos antifalsificación detectan”, explicó Peter Soufleris, director general de IngenID, un proveedor de tecnología de biometría de voz al medio de comunicación New York Times. Sin embargo, es una batalla entre atacantes y defensores, esta dinámica continúa avanzando para ser inperceptibles.
Sin embargo, la responsabilidad no solo recae en los usuarios. Las plataformas sociales también tienen un papel fundamental que jugar en la lucha contra los deepfakes de voz: deben implementar medidas para detectar y eliminar este tipo de contenido de sus plataformas, colaborar con las empresas de tecnología y las autoridades para combatir esta amenaza de manera efectiva, y educar a los usuarios sobre los riesgos de los deepfakes de voz y cómo protegerse de ellos.
La batalla contra los deepfakes de voz es una tarea compleja que requiere un esfuerzo conjunto por parte de todos los actores involucrados. Al estar informados, tomar medidas preventivas y colaborar con otros, podemos protegernos de esta nueva forma de fraude y garantizar un entorno digital más seguro. La confianza y la seguridad en la información son pilares fundamentales de nuestra sociedad digital, y es nuestro deber protegerlos.
