CIBER – ÉTICA: ESTAMOS EN MORA

CIBER – ÉTICA: ESTAMOS EN MORA

Por: María Auxiliadora De La Hoz, Comunicadora Social y Periodista

Desde que las redes sociales aparecieron e hicieron parte de nuestro día a día, definitivamente nos cambió la vida. Si bien uno de sus fines es la difusión de información, las diferentes herramientas con que cuentan nos han permitido hacer uso de infinidad de medios y canales digitales que, hoy por hoy, nos bombardean con cifras, datos, textos, fotografías, videos y libres opiniones. Son precisamente estas últimas, las que en los últimos años han agudizado el debate sobre las redes sociales: ¿hasta qué punto la expresión de un punto de vista o la libre publicación de una foto o un video conlleva responsabilidades? O, como viene sucediendo, ¿tenemos vía libre para publicar lo que queramos en las redes?

Día a día somos testigos del torbellino de comentarios en Twitter sobre diversos temas, que dejan entrever la delgada línea que divide a quienes opinan con responsabilidad, de quienes lo hacen atraídos, como por un imán, por la calentura del momento. Pero, mientras en aquí las publicaciones las pueden leer todos los cibernautas, ¿qué sucede, por ejemplo, en los grupos privados de Facebook o Whatsapp? Por ser privados, ¿tienen las personas el derecho de opinar en los términos que ellos consideren? Pongo como ejemplo el caso más reciente de este debate “ciber - ético” que vivimos todos los usuarios de redes sociales: la denuncia sobre el grupo privado de Facebook “Wikimujeres” (ahora es una empresa y tiene marca registrada) acusado de hacerle daño a la reputación de distintas organizaciones, e incluso, personas.

Si bien este grupo, que cuenta con 22 mil miembros en Colombia y 45 mil en el resto del mundo, y que nació como una iniciativa privada que promovía el emprendimiento entre mujeres y amigas, ahora está bajo la lupa de la opinión pública por el mal manejo de los datos personales de sus integrantes, así como la afectación a las empresas y terceros. En ese sentido, mujeres que hicieron parte del grupo y que se salieron o fueron expulsadas, denunciaron que “se volvió un grupo de mujeres de estrato 6 que discrimina, calumnia y agudiza la brecha social de nuestro país”.

Entonces, según su criterio, ¿es aceptable que, en un grupo privado, miles de personas hagan comentarios y expongan sus opiniones, así sean negativas e irrespetuosas? En el grupo de Wikimujeres, por ejemplo, los miembros acusaban a empleadas domésticas y otros trabajadores de “ladrones” y publican sus cédulas y números de teléfono, usaban hashtagh ofensivos para referirse a ellos, o comentaban de manera negativa sobre marcas y productos, sin tener pruebas o denuncias formales. El impulso de hablar mal o criticar es innato a los seres humanos y, aunque las redes sociales – hasta cierto punto- nos dejan en libre albedrío para hacerlo, es decisión de cada uno no caer en el juego.

Este grupo de Wikimujeres, según afirman algunos, desprestigiaron marcas para luego ofrecerles un acuerdo comercial y así obtener prebendas económicas, como es el caso de Alpina. Al parecer, la fundadora del grupo pedía a sus seguidoras que no compraran sus productos porque no confiaba en ellos y además, porque según ella, hacían publicidad engañosa (sin tener evidencia). Luego, buscaba un acuerdo económico con la marca para parar los rumores y críticas.

Dos reflexiones hay de esta situación. La primera, tiene que ver con el control de los contenidos que se manejan en este y todos los grupos de Facebook que existen. ¿Cuáles son los criterios que se utilizan para criticar un producto o marca? ¿Conoces qué hacen las redes sociales por controlar esta información? Como usuario, ¿tienes en cuenta tus principios éticos al emitir opiniones en Facebook o cualquier otra red social? Este es un tema para analizar, teniendo en cuenta que todo lo que publicamos en la web deja una “huella digital” imposible de borrar y así se han caído grandes multinacionales, líderes mundiales y hasta se han acabado matrimonios.

La segunda reflexión tiene que ver con la reputación e imagen corporativa de las marcas. ¿Hasta qué punto las redes sociales pueden destruirlas o ensalzarlas? ¿Sabías que tus comentarios y opiniones en una red social son el principal insumo de otras personas para adquirir un producto o servicio? Hoy día las empresas tienen claro que la satisfacción al cliente es una prioridad, por eso, te invito a usar respetuosamente las redes sociales como canal de comunicación.

Las “verdades” individuales basadas en emociones, creencias o deseos atestan las redes sociales y esto es claramente un problema de comunicación. Para las empresas, es importante reconocer que sus problemas de reputación pueden estar relacionados con lo que opinan de ellas en redes sociales y tomar medidas. Para las personas, este es un llamado a bajarle el tono a lo que se dice en las redes y ser responsables con lo que publicamos. Recuerda: las palabras tienen el poder de edificar o destruir… tú eliges.

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