Por: Javier Mojica, Comnicador Social y Periodista
Para las empresas es muy importante la reputación y más aún cuando están directamente relacionadas con la bolsa y el valor de su acción en el mercado accionario. Las guerras, los escándalos, la corrupción, los abusos y otro tipo de situaciones que originan una mala publicidad para las organizaciones, son normales todos los días. Sin embargo, hay algunas circunstancias que llevan a un grupo de compañías y marcas, a abandonar algún barco estrepitosamente, debido a un hecho significativo. Este es el caso alrededor de Rusia actualmente.
Como todos sabemos, en este momento, Rusia está ocupando territorio ucraniano e intentando volver a recuperar territorio que según Vladimir Putin ha sido de su madre patria desde tiempo atrás. Lo que no se imaginaba el gobierno ruso era que las sanciones y las consecuencias por esos actos iban a ser “certeras”.
Por ejemplo, la reputación de la Federación Rusa ha sido golpeada de tal forma que los comités y organizaciones de deportes como la ATP (Asociación Profesional de Tenis), la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociados), la UEFA (Organización de Fútbol europeo) y EL COI (Comité Olímpico Internacional) han tomado decisiones severas para apartar a los deportistas rusos de competencias como el mundial de fútbol, las Olimpiadas y torneos tan importantes como la UEFA Champions League, la Copa Davis o los Grand Slam.
Las marcas de carros como BMW y Renault han tenido que dejar de vender sus vehículos, no solo por la guerra, sino por la falta de suministros que se viene generando desde la pandemia y ahora se suma que el cerco comercial contra Rusia empeorará cada vez más las circunstancias. Otras marcas de automóviles como Hyundai, Stellantis, Volvo y General Motors se han visto afectadas, no solo económicamente sino en su reputación por no poder cumplir con algunos objetivos estratégicos que venían desarrollando desde sus organizaciones.
Marcas como Adidas, MasterCard, Visa, Apple, Nike, Inditex, Amadeus, Lladró, Roca, Teka, entre otras han tenido que tomar decisiones difíciles para controlar esta crisis que afecta a millones de trabajadores que tenían vínculos con el comercio ruso. Estas empresas han parado su producción o han tenido que dejar de vender y abandonar el mercado, para no ver su reputación y sus números empeorar con el avance de la guerra.
En el mismo escenario se encuentran las aerolíneas, que después de vivir una de las peores etapas, consecuencia del Covid-19, cierran el espacio aéreo ruso para vuelos comerciales y el europeo también es cerrado para el ingreso de las aerolíneas del país antes Unión Soviética.
Cabe anotar que los mismos aliados comerciales de Putin, magnates y personajes muy poderosos, están siendo afectados por estas sanciones. Este hecho produce una presión interna para el máximo dirigente del país euroasiático que no le conviene para sus futuros planes. Esta es una de las estrategias de occidente para asfixiar al presidente ruso.
Por último y no menos importante, artistas de la talla de Green Day, Iggy Pop, Nick Cave, The Killers, Franz Ferdinand y otros, han cancelado sus giras en las principales ciudades de Rusia, afectando a productores y entorno artístico que es tan importante para la economía en ese país.
Como resultado de esta guerra, que se cierne en nuestro horizonte, muchas empresas, organizaciones, marcas y artistas, están tomando decisiones que tal vez en otro escenario no habrían tomado, pero ante la gravedad del contexto, estos actores del mercado han decidido cuidar su reputación y no incentivar un escenario bélico impulsado por un gobierno para muchos autoritario.
Tal vez no sean medidas suficientes para parar esta guerra sin sentido e intransigente, pero contribuyen a dejar un mensaje por parte de las organizaciones de cero tolerancia frente a la violencia y al sin sentido en el cual vivimos actualmente.
