Por: Juan Pablo Pérez, Comunicador Social y Periodistas
Colombia es un país con numerosos recursos naturales, hermosos paisajes y gente pujante. Aunque nuestra nación tiene muchas oportunidades de mejora y algunos lo catalogan como un gran vividero, otros han optado por rehacer sus vidas en naciones más desarrolladas. Hoy en día, llama poderosamente la atención, especialmente en redes y en conversaciones sociales, la gran cantidad de migrantes de distintos países que se hospedan y vendrán a nuestro país.
En primera instancia, desde hace algunos años, cerca de 2 millones de venezolanos han ingresado al país, de acuerdo al Dane en 2020, en busca de mejores oportunidades: infortunadamente las condiciones políticas y económicas en el país vecino han empeorado de manera exponencial. Actualmente, nada queda de la época de prosperidad entre los años 60 y 70 cuando fueron muchos los colombianos que migraron hacia Venezuela.
Esta situación ha derivado en algún tipo de rechazo hacia los “desplazados” del país vecino, especialmente por la inseguridad que padece Colombia, en general, y en la que se han visto envueltos algunos venezolanos en estos hechos al margen de la ley.
Sumada a la situación mencionada anteriormente, Necoclí, municipio ubicado en el departamento de Antioquia, padece una situación migratoria atípica, porque más de 15.000 migrantes, en su mayoría africanos y haitianos, inundaron las calles del municipio. Buscan cruzar a Panamá, pero no encuentran el modo.
El meollo del asunto es que varios de ellos buscan llegar a Panamá para lograr un vuelo hacia los Estados Unidos y refugiarse en este país. Muchos de ellos han sido estafados y son engañados con ser llevados al vecino país. Esta situación ha tenido poca relevancia en los medios y redes sociales y es una bomba de tiempo a la cual se le debe buscar una situación a tiempo.
Estas personas están viviendo un calvario y la revista Semana señala que, entre los migrantes, se encuentran por cientos, las historias de abuso y corrupción: funcionarios de fronteras que les quitan dinero, policías que los paran en el camino y tocan a las mujeres en sus genitales, les quitan el dinero para dejarlos pasar y llegar a la próxima ciudad.
Finalmente, el caso de los refugiados afganos, a raíz de la toma del poder de los Talibanes por la retirada del ejército estadounidense, aún no es claro con el número de personas que ingresarán al país.
La canciller y vicepresidente de Colombia, Marta Lucía Ramírez aclaró a través de un comunicado de prensa que el periodo de asilo de los asiáticos será de manera temporal "En el caso del estatus de estas personas va a ser un permiso humanitario de carácter temporal, que ni siquiera requiere de una visa", precisó la canciller, quien añadió que: "son personas que están en tránsito hacia Estados Unidos, mientras se les da la visa con la condición de refugiados".
Aunque aún no se sabe exactamente el número de afganos que ingresarán al país, las redes sociales manejan con expectativa, incertidumbre y algo de humor la llegada de personas de una cultura completamente distinta a la colombiana. También, ha llamado la atención la importancia con la que el Gobierno ha manejado el tema, dejando a un lado, al parecer, a los desplazados internos.


