Por: Alan Buitrago, Comunicador Social
La semana pasada, ocurrió un hecho esperanzador, lo que muchos colombianos, estábamos esperando, después de 10 días, la liberación del niño Cristo José, lo cual generó un boom noticioso y de solidaridad en diferentes medios de comunicación, especialmente en las redes sociales.
Ejemplos como este, hacen que las personas estén unidas bajo una misma causa, en el que los corazones laten con gran sentir. Los medios de comunicación son sintonizadores de emociones, creando así una melodía de sentimientos y deseos, además muchas veces son directores de la orquesta, en el que la gente pone atención a las diferentes sinfonías que se transmiten, por medio de lo tradicional y de la vanguardia.
En la actualidad es preciso decir, que la comunicación cuenta con más alcance, gracias a la tecnología y su relacionamiento con las redes sociales, haciéndose más amigable con cualquiera de las generaciones y culturas del mundo, siendo a su vez trasformadores masivos de sentimientos.
Según el más reciente estudio de We are social, de 49 millones de colombianos 31 tienen acceso a internet y gran parte de ellos están en edades entre 25 y 44 años, es evidente que hay varios recursos que están a nuestro alcance y que a través de las redes sociales nos podemos enterar de lo que sucede en Colombia y el mundo, usándolas en cualquier momento.
En realidad no hay disculpa para no estar informado, todo está al alcance y la gente se puede unir bajo una misma causa, deseando los mejores momentos, que hacen felices a sujetos individuales como grupales.
Un país unido, bajo una misma sintonía, hace que la fuerza esté en una misma dirección, viviendo momentos alegres y hechos lamentables. A veces, esos tristes y dolorosos acontecimientos, pueden ser ejemplo de vida para varias personas, según sea la noticia.
Cuando las noticias son malas, gran parte de Colombia sufre, pero es importante analizar que en muchos instantes se pueden transformar, fugazmente, en momentos de alegría, dependiendo de la información que se puedan desarrollar, parece ser que el gran conductor de estos ciclos de sentimientos es la comunicación, y más aún en los momentos que todos se dirigen en el mismo sentido, generando transformaciones en el público general y relacionado a la Teoría Hipodérmica en el que los mensajes son aceptados por el público.
Es cierto que a través de este gran conductor difusivo, puede hacer que nuestros estados de ánimo se vean afectados así como nuestra vida personal y social; por tal razón debemos entender que no todo lo que transmite en los medios de comunicación, pueden ser parte de nuestra vida y debemos lograr separarlos de nuestra cotidianidad. Además es importante estar atentos a lo que es bueno y malo, pues no todo lo que se transmite en los medios tradicionales y digitales, tienen las mejores causas.
Un caso que no se conocía y hasta la semana pasada se registró en los medios, fue el relacionado con la desaparición de Alberto Cardona, un niño de 6 años, en la zona rural de Santa Marta y ahora gran parte de los Colombianos desean conocer el paradero de este menor, con la fe de los creyentes y la esperanza de los que no lo son, se confía que Alberto Cardona esté con vida y en buen estado de salud.
Seguramente con el tiempo se conocerán buenas y malas noticias, pero debemos estar atentos a no caer siempre en los modelos transformadores a los que nos quiere llevar los medios informativos, porque muchas veces perdemos la atención de lo verdaderamente importante para nuestro país, en temas económicos, sociales, gubernamentales, entre otros.
Es ahí donde está la responsabilidad, ética y sentido del periodismo constructivo, aquel que de manera objetiva cuenta una historia, una realidad y que con su denuncia en muchas ocasiones logra recoger la solidaridad del ciudadano y potencializarla, además damos gracias a los medios de comunicación, que trabajan por dar a conocer las noticias de última hora, interés general y también muestran modelos a seguir de personas inspiradoras con un alto grado de conciencia social y espíritu emprendedor, generando bien al país.
Finalmente, invitamos a colegas para que asuman ese camino del compromiso y la responsabilidad como movilizadores de información, opinión y emociones, independientemente que sean producto de hechos negativos o positivos. Además, no solo los comunicadores profesionales tienen la facultad y razón de ser con la información sino también deben contribuir al mejoramiento del estado emocional, la sana convivencia, incluso de la salud mental de los colombianos o de su auditorio y de crearles ambientes más agradables de vida.


