Por: María Fernanda Barrientos Soto – Comunicadora Social
El 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer; instaurado en 1981 por el movimiento feminista latinoamericano, a causa del asesinato de las hermanas Mirabal, en 1960, por orden de Rafael Leónidas Trujillo, dictador dominicano.
Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, conocidas como “las mariposas” y opositoras de la dictadura, fueron asesinadas por un escuadrón del Gobierno y sus cuerpos se hallaron en el interior de un Jeep hundido en un barranco, simulando un accidente.
Las Naciones Unidas – ONU - se refirió a la conmemoración de este día: “tenemos un compromiso: hacer visible el problema, pero también las soluciones; poner fin a la impunidad e invertir los suficientes recursos –que aún son escasos– en la prevención y la respuesta temprana para eliminar la violencia contra las mujeres y niñas. Esta no solo es una obligación jurídica y un imperativo moral, también es una inversión inteligente”, aseguró Ana Güezmes García, representante de ONU Mujeres en Colombia.
Además, la Organización de Naciones Unidas anunció que Latinoamérica es la región más violenta del mundo.
Las cifras son escalofriantes, según la ONU este tipo de violencia se considera una pandemia, pues afecta al 55% de la población mundial y ha perjudicado hasta a un 70% de las mujeres en algún momento de su vida.
En Colombia, según Medicina Legal, este año, se han registrado 16.814 casos de violencia sexual contra mujeres, evidenciando un incremento del 10.30 por ciento en comparación al 2016, cuándo se abrieron 15.082 procesos. Las regiones en las que se registraron más casos contra mujeres son Bogotá (2.989), Antioquia (1.467), Valle (1.299) y Cundinamarca (1.034).
Según la Secretaría de la Mujer, cada tres días se presenta un caso de feminicidio, a diario se denuncian 25 casos de violencia en pareja y 10 por ataques sexuales.
Pero ¿por qué, si somos conscientes de la gravedad de la situación, naturalizamos la violencia de cualquier tipo y no nos asombramos frente a esta clase de escenarios?
Como colombianos nos resultan tan frecuentes y comunes estas historias que los medios de comunicación han decido solo hacer eco de casos realmente violentos y dolorosos para la sociedad como el de Rosa Elvira Celis, Natalia Ponce de León o el de Yuliana Samboní. Sin embargo, ellas son sólo la cara de la problemática ¿qué pasa con aquellas mujeres violentadas psicológica, verbal y físicamente, sin que sean conocidos sus testimonios?
¡Nos están matando en silencio y nadie dice nada! Nos convertimos en cómplices y hasta victimarios, pues la violencia no es únicamente aquella que afecta el cuerpo sino también la que hace doler el alma.
Se volvieron parte de la rutina los comentarios mal intencionados, las críticas y los deseos negativos hacia otras personas, en redes sociales. Nos creemos con la autoridad de hablar mal de alguien simplemente porque no compartimos su estilo de vida, pero se nos olvida que detrás de una pantalla hay un ser humano que siente, ríe y llora. Lo peor es que las mujeres somos quienes más realizamos este tipo de acciones.
Nuestra labor como periodistas es denunciar pero también educar. Con 50 años de violencia y actualmente un proceso de paz en el país, es momento de utilizar nuestro “poder” para enseñarle a una sociedad, sumida en el odio y la polarización, que la agresión no es algo natural y que debamos soportar por ningún motivo. Ni la familia, ni el trabajo y muchos menos el amor justifica el maltrato.
Seamos no solamente contadores de historias, sino también el apoyo de todos quienes lo necesitan. Los mecanismos para prevenir y denunciar este tipo de violencia están prestos a ayudar. Sin embargo, en muchas ocasiones la víctima no conoce sus alternativas.
Este es un llamado no solo a los medios de comunicación, sino a la comunidad en general, para juntar fuerzas y combatir las agresiones, por medio de campañas informativas que proporcionen las herramientas necesarias para hacernos escuchar, no esperemos que las cifras aumenten, ni conmemorar un año más esta efemérides para saber lo que vale la pena contar.
Nota: Si eres víctima de violencia de género acércate a la Secretaría de la Mujer, comunícate a la Línea Púrpura Distrital (018000 112137), la línea de emergencia 123 o descarga SofiaApp, aplicación para celular que abre un canal de comunicación y orientación para que las mujeres identifiquen situaciones de riesgo o son víctimas de algún tipo de violencia.


