Pesimismo ciudadano: ¿la culpa es de los medios?

Pesimismo ciudadano: ¿la culpa es de los medios?

Por: María Fernanda Barrientos, Comunicadora Social

El fin de 50 años de guerra en Colombia debería representar para la sociedad un cambio de actitud que refleje el optimismo en los años venideros. Sin embargo, escándalos de corrupción y sobornos, como el de Odebrecht; la inseguridad; la crisis de la salud; las altas tasas de desempleo, que actualmente se ubican en el 10.5 por ciento; los números del DANE al asegurar que un colombiano no es pobre si gana $241.700 pesos al mes; o las alarmantes cifras de feminicidios cometidos en el país (cada 3 días es asesinada una mujer), entre otros,  son razones suficientes para considerar que la calidad de vida no mejora y, por el contrario, afirmar que el panorama es cada vez menos esperanzador.

Y es que, aunque las investigaciones evidencian que actualmente vivimos mejor que ayer, gracias a los avances tecnológicos, es común seguir escuchando aquella frase que asevera: “todo tiempo pasado fue mejor”.

Pero, ¿será cierta la afirmación del presidente Juan Manuel Santos?: son los medios de comunicación los responsables del sentimiento pesimista de los colombianos.

Sin duda nos acostúmbranos a las tragedias y las naturalizamos de tal forma que no diferenciamos entre el amarillismo y la esencia de la información; tal como sucedió con la muerte del cantante vallenato Martín Elías Díaz, situación en la que usuarios de las redes sociales traspasaron la frontera ética de la comunicación, pues hicieron circular las imágenes más crudas del cuerpo del difunto, faltando al respeto y la dignidad de una persona y sus allegados.

No obstante, los profesionales de medios de comunicación están en el deber de guardar el equilibrio periodístico lejos de lo  emocional para  informar la realidad, sin caer en el sensacionalismo.   Ahora bien,  no basta con  publicar los acontecimientos con el fin de causar indignación en la gente, sino que es necesario sobrepasar este sentimiento para dar criterios de comprensión, pues suele suceder que las percepciones son definidas como situaciones reales por la sociedad y en consecuencia estas terminan siendo un hecho certero.

Para los medios de comunicación se hace latente la urgencia de formar un criterio de opinión, a fin de recuperar y mantener la capacidad crítica de las noticias y su contexto; aunque no se puede tapar el sol con un dedo, debemos realizar una autocrítica y preguntarnos si como comunicadores, algunas veces, caemos en el amarillismo con el objetivo de aumentar las audiencias.

Si bien es cierto que parte del pesimismo de las personas se encuentra relacionado con los segmentos emocionales y cognitivos del cerebro que tienden a prestarle mayor atención a las noticias negativas que a las positivas, no podemos discutir el uso excesivo de imágenes y cifras, por parte de los medios de comunicación, que fuera de contexto afectan el estado anímico de   la sociedad dando una percepción errónea de la realidad. A esto se suma la velocidad de las noticias y las acciones de los prosumidores, quienes contribuyen también  a hacer virales imágenes y videos con contenido no adecuado para el público.

Ahora el reto, tanto para los medios de comunicación como para los usuarios de las redes sociales, consiste  en mantener el balance indicado para dar a conocer las noticias de una manera idónea y acorde a la situación, siendo fieles a la información y sin incurrir en el sensacionalismo al que como colombianos tristemente ya estamos acostumbrados.

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