ÍDOLOS VS PRENSA: ¿DE QUÉ LADO ESTAR?

ÍDOLOS VS PRENSA: ¿DE QUÉ LADO ESTAR?

Por: Carolina Mejía, Comunicadora Social y Periodista

Una imagen captada por la Agencia de Noticias AFP del número 10 de nuestra selección, James Rodríguez, haciendo “pistola” a un grupo de periodistas, tiene en el ojo del huracán al jugador del Real Madrid. Criticado por los medios de comunicación, pero, al mismo tiempo, defendido por centenares de seguidores, fue tendencia en Twitter con el  hashtag #NoJodanAJames.

La agencia registró la imagen con la siguiente descripción: “El mediocampista colombiano James Rodríguez apunta a los periodistas antes de una sesión de entrenamiento en la Federación Colombiana de Fútbol, en Bogotá, el 25 de marzo de 2017, antes de su partido de clasificación para Sudamérica”.

Las preguntas que surgen ante este tipo de acontecimientos son: ¿cuál es el límite que deben tener los medios de comunicación cuando divulgan la vida privada de los personajes públicos? pero, de igual manera, ¿cuál es la responsabilidad de los “ídolos” con sus seguidores, con la gente que los admira, siendo muchos de ellos niños y jóvenes que los toman como ejemplo a seguir, que sueñan ser cómo ellos?

James no se ha pronunciado, no conocemos las razones de su reacción; pero sí sabemos que, en cuestión de horas, generó todo tipo de respuestas por parte de centenares de personas en las redes sociales con mensajes como: “El gesto de @jamesdrodriguez es una simple reacción al "matoneo" de gran parte de la prensa deportiva de este país #NoJodanAJames”; o el video de una niña, que podrá tener la edad de mi hija (no más de 9 años), apoyando al futbolista a través de un truco de magia, en el que al finalizar hace la misma seña que el astro del fútbol el fin de semana pasado.

Es importante tener en cuenta que los “ídolos” son seres humanos, con una vida propia, privada, problemas familiares, presiones y sentimientos de todo tipo. La prensa, en su afán por conseguir noticias les siguen los pasos, uno a uno, para resaltar no solo sus triunfos profesionales, sino los más mínimos detalles, positivos o negativos, y así tener de qué hablar.

No sabemos la razón por la que James reaccionó de esta manera ante las cámaras, seguro no estaba en un buen momento; pero si conocemos las consecuencias de lo que esta imagen ha ocasionado en muchos niños y jóvenes, que hoy lo defienden y hasta lo imitan a través de las redes sociales.  De esta manera, vemos como los muchachos toman de estos personajes sus modelos positivos o negativos y reafirman sus valores e identidad. 

Los “ídolos” son espejos para la sociedad. También son seres humanos, con defectos y con una privacidad que deberíamos respetar; pero, por su condición y popularidad, también tienen una responsabilidad que los pone en una posición más vulnerable ante los ojos del mundo,  deben tener más cuidado en cómo exhiben su humanidad, sobre todo a las nuevas generaciones y en medio de una era digital que consume por segundos.

Ahora, no eximo a la prensa de su responsabilidad. Perseguimos, presionamos, construimos o acabamos a una persona en cuestión de minutos. Nuestro deber es informar de manera responsable, veraz, siempre contrastando las fuentes, generando valor a la noticia. También somos líderes y lo que publicamos lo reciben y lo copian niños y adolescentes, expuestos cada vez más a los medios de comunicación y redes sociales.

El compromiso de ofrecerle a nuestros jóvenes el valor del respeto es compartido: los “ídolos” deben ser ejemplo en su actuar, porque son punto de referencia, modelos a seguir para construir sueños, metas…  y, por su lado, los medios de comunicación deben ser conscientes del papel que representan para las generaciones del futuro, quienes son parte activa de nuestra sociedad y consumen información desde muy temprana edad.

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