¿AUTORIDAD O PISOTEO A LA DIGNIDAD?

¿AUTORIDAD O PISOTEO A LA DIGNIDAD?

Por: Rodrigo Beltrán, Presidente Bells Medios

La Autoridad  Nacional de Televisión, conocida anteriormente  como Comisión Nacional de Televisión, nació en el 2012 con el objetivo, entre otros de regular, controlar y velar por los contenidos de la televisión en Colombia; no obstante para muchos,  desde que reemplazó a la CNTV se ha hecho la de la vista gorda.  

No es un secreto que este ente, definido como un cuerpo colegiado integrado por 5 miembros entre los que se encuentran el ministro de las TIC, un representante de la presidencia y tres delegados escogidos por las universidades, los gobernadores y la sociedad civil, cuenta con una gran carga política que se ha traducido en ineficiencia y en escándalos que reposan en su historial por el mal uso del presupuesto, pero ahí sigue campante y muda, incluso ante las quejas de televidentes y familias enteras por las telenovelas que galopan haciendo lo que algunos críticos aseguran es una perfecta apología del narcotráfico, así como a los personajes funestos que han protagonizado este cáncer de la sociedad moderna, por el que nuestro país se identifica, tristemente, en el mundo entero.

El dolor y las lágrimas que el planeta ha observado en miles de colombianos víctimas del negocio y la mafia del narcotráfico, y más específicamente a causa del narcoterrorismo, pareciera no importarle a esta Autoridad. Y qué decir de los escritores poco originales y reincidentes sistemáticos, de directores, canales privados y por supuesto, del sector empresarial, al que solamente le interesa estar en los números del rating, todos ellos excusándose en que al televidente que no quiera ver sus historias donde pontifican a criminales, debería cambiar  el canal.  Como quien dice, me lavo las manos y la responsabilidad ´única´ de recibir esos argumentos fílmicos de basura y que atentan contra la dignidad es simplemente del televidente, sobre todo de aquel que únicamente encuentra como opción acercarse a un momento de recreación, esparcimiento y educación a la televisión. Esto es similar a decir que el que no quiera que lo atraquen o violen y atenten contra su vida, que no pase por esa calle oscura, sabiendo que el problema endémico de una política para combatir la inseguridad ha sido un fracaso.

La crítica pensante, las redes sociales y familias enteras han pegado el grito en el cielo por este modo atroz, de conseguir rating y poner de moda la tragedia, convirtiendo en héroes a los asesinos, pesadilla de miles de colombianos.

Qué poco nos queremos, qué poco nos importan las generaciones futuras, qué poca innovación y creatividad  de los realizadores de televisión… pero ante todo, qué ‘complicidad’ tan vergonzosa de una Autoridad a la que poco le importa que pisoteen nuestra dignidad.

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